Lo cierto es que en muchas pinturas egipcias se pueden encontrar figuras muy parecidas a los denominados “grises” o, también, a discos solares muy semejantes a naves especiales. Incluso, es muy común observar seres (humanos, probablemente) con tremendas deformaciones craneanas, lo cual, no es un caso único ya que muchas culturas antiguas de América y África asi lo practicaban (¿conexiones culturales entre ambos continentes?).
Lo curioso de la imagen es que muestra a un ser complatemente diferente a las peculiares seres con cabeza deformada presentes en las pinturas egipcias. Claro que también cabe la posibilidad de que se trate de un animal con rasgos antropomorfos, ya que en el antiguo Egipto era cosa común representar a sus diferentes dioses bajo la forma de un animal que representara las características de esa deidad.
Lo más probable es que esta última hipótesis sea la correcta, pero deja mucho qué pensar que grado de conexión tuvo la cultura egipcia con seres de otros mundos. Otro ángulo recurrente dentro de la iconografía egipcia es el hallazgo de elementos “fuera de su tiempo”, como por ejemplo naves espaciales (tipo los que se usan en la NASA) o bombillas eléctricas. Sin embargo, los investigadores no han encontrado elementos físicos que puedan dar veracidad a lo que muchos plantean: que la cultura egipcia se haya adelantado a su tiempo en el campo tecnológico.
